lunes, 25 de octubre de 2010

Lectura III



"Queridísima amiga, auténtica y querida amiga. Por fin solo, para poder charlar con usted. Pensaba en usted, aunque éste no es el término que debo emplear; en realidad seguía en su compañía. Me he apresurado a meterme en la cama y desde la cama le escribo, con un codo sobre la almohada, la cara sobre la mano y un bulto de carillas. ¿Cómo podríamos llamar a esto que ocurre entre nosotros? ¿Felicidad o predestinación? Ocurre que estamos juntos y nos comunicamos nuestras experiencias con una jovialidad natural de criaturas que han vivido juntas años y años. Ningún embarazo frente a nada. Ningún temor de lo que el otro puede pensar de uno. Las cosas tienen sus nombres y por sus nombres las llamamos, y no se da caso semejante de que la coincidencia de las situaciones haya provocado la coincidencia de caracteres. No me canso de pensar en mi buena suerte. Soy realmente un hombre afortunado. Afortunado por haber encontrado a mi igual."

Carta de amor de Roberto Arlt.


4 comentarios:

Unknown dijo...

Es muy lindo este pasaje. Nunca leí nada de Arlt (es una deuda pendiente conmigo mismo).

Cuanto terminé de leer la misiva y pensé en el contenido recordé en el acto un libro que leí este año. Es un libro viejo de una autora estadounidense ya fallecida. Su título, "84 charing cross road", el cual es una especie de autobiografía de la escritora que solo enfoca en la relación que mantuvo por cartas con un librero de Inglaterra. Se escribieron por años, se hicieron amigos, se enviaban libros (ella se los pagaba y le enviaba regalos) y finalmente él, de manera imprevista, muere. Nunca llegaron a conocerse. Sin embargo la esposa del hombre le contó a la escritora (el día que esta tuvo dinero suficiente para viajar a Inglaterra dado que los escritores antes no facturaban millones de dólares como ahora) que él la había siempre considerado su mejor amiga. Una historia triste, cierto, pero me hizo recordar tú entrada.

Los vínculos que se generan por medios de comunicación que no permiten la visualización física directa puede llegar a movilizar muchas cosas escondidas de los seres humanos.

Saludos.

Alelí dijo...

ahhh no no no, me morí y volví a nacer...ahhhhh cuánta belleza y amor en esa carta, cuánta cosa linda de los amores incipientes, ésa fusión, esa comunicación, ese sentir al otro aunque no esté con nosotros.

lindísimo!

La cámara lúcida dijo...

que fortuna estar liberado del "temor de lo que el otro puede pensar de uno"...puffff. y ademas poseer la ilusion de encontrar a " mi igual"

Peccata Minuta... dijo...

Miguel
A mi me sorprendió esta carta, no lo tenía a Arlt en este registro de escritura y me encantó.
aunque ahora tenemos otros medios, debe haber sido muy emocionante vivir en la época de las cartas...

Alelí
Que bueno que lo disfrutes, a mi me mató!

Pau
Menudo tesoro encontró Don Arlt, no?