Noche de bodas a ciegas
La cuestión es que allá, hace como diez años, yo estaba en esas cosas de no querer casarme y bastante confundida. Gran noticia tengo internet, y en las charlas con desconocidos un gran escape para mi alma de novia fugitiva.
En ese momento los blogs no existían pero si las salas de chat, y ahí conocí a L (click). No recuerdo cuanto tiempo pasó pero chateamos mucho, después nos mandamos muchos mails y terminamos hablando por teléfono noches enteras. Así pasaron varios meses en los que yo, entre otras cosas, me separé (click)
Un día nos conocimos, en una plaza, él, flaco y altísimo, desgarbado y muy especial. Nos sentamos en un banco y hablamos como si nada, horas y horas... Hablamos de todo lo que creíamos saber con esa pesadez de quienes sienten que han vivido todo , sensación de la que ahora nos reímos mucho.
Se nos hizo costumbre vernos, pasar las noches hablando, leyendo y tomando té en un barco muy pequeño que tenía su familia. Ahí amarrados, sin siquiera alejarnos del muelle.
Una noche de noviembre, los jazmines cubiertos de flores perfumaban todo el aire. Caminando por el club encontramos un árbol que tenía unos nombres tallados con un corazón y una fecha, se notaba que estaba recién hecho y nos reímos del exceso de romanticismo, para nosotros un poco demodee.
La fecha tallada era ese mismo día, y en cuanto la leí, me dí cuenta de que ese día, era justamente el día en el que debía estar casándome.
Así es que recuerdo esa noche, la noche que pasé mi noche de bodas con L, mi primer cita a ciegas...
De mi no boda, sólo me quedan las alianzas. Por eso la foto, con los dos recuerdos que conservo de esa noche.
Notas al pie: Para desilusión del morbo de todos, no hubo sexo en mi "noche de bodas" Y aunque es una amistad que no suelen tolerar las parejas del momento, ni esa noche ni nunca tuvimos nada con L. Seguimos siendo amigos, aunque pasamos años enteros sin vernos, y siempre que nos vemos, es como si nada... y tomar té, y hablar, horas y horas....
Y estreno Tag con esta saga. Exceptis excipiendis, exceptuando lo que hay que exceptuar, porque no es cuestión de andar contando de más...